Estos son los hallazgos clave:

Es interesante partir de la base de que actualmente el 90% de las profesiones requieren competencias digitales básicas. Sin embargo, en España, en 2019, el 36% de la población activa carecía de estas habilidades, siendo peor la situación entre la población en paro (55%) que entre la población ocupada (32%). 

Mujeres

En España, el 45% de los emprendedores son mujeres, en su mayoría entre 25 y 34 años con estudios universitarios. Según South Summit, el 22% de las empresas emergentes de España están dirigidas por mujeres, más que en Reino Unido o Estados Unidos, pero menos que en otros como Vietnam o Ghana. Estos datos ilustran que es posible  que exista una brecha de género cuando se habla de emprendimiento en España.

Jóvenes

La población activa total entre los 16 y los 29 años es aproximadamente del 11,09% y la estabilidad del empleo es la más baja de todos los grupos de edad. La buena noticia es que el VII Informe Empresarial Joven 2020, refleja que el número de jóvenes que muestran su deseo de emprender su propio proyecto ha ido aumentando a lo largo de los años. El perfil del joven emprendedor en España ronda los 30 años con un marcado carácter social.

Immigrantes

El desempleo entre los inmigrantes sigue siendo superior al de los españoles, un 21% frente al 14%. Y, sin duda, una herramienta para ello será la formación y la cualificación, lo que a su vez supone un reto adicional, ya que, aunque no hay estudios en profundidad, algunos autores señalan indicios de mayor abandono escolar y formación menos aspiracional en la población inmigrante. También comienzan a aparecer casos de emprendimiento en los hijos de inmigrantes de acuerdo con los cambios y la innovación tecnológica.

Senior

Las personas mayores tienen la menor confianza en su propia capacidad para iniciar y administrar un negocio. Según Eurostat, en España, la tasa de actividad de las personas entre 60 y 64 años es del 45%, frente al 72% en Suecia. Hay que tener en cuenta que las personas mayores son personas vulnerables ante los medios, ya que son inmigrantes digitales, convirtiéndose en consumidores pasivos de la era digital.

De acuerdo con esta realidad, este informe muestra cuáles son las necesidades digitales para los diferentes target identificados tras el cuestionario y las investigaciones previas:

Necesidades detectadas:

Resultados y conclusiones:

Tras el análisis realizado se ha propuesto preparar una formación estructurada en 10 disciplinas clave, como las que ya detectó la Cámara de Comercio de Valencia: Marketing Digital, Ecommerce, UX, Gestión Digital, Internet de las Cosas, Comunicación Digital, Web y Móvil. Web, Big Data e Innovación.

Es por eso que recomendamos estos temas para el proyecto The Missing Entrepreneurship, para crear una capacitación práctica para los diferentes grupos objetivo mencionados anteriormente.

La centralidad de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en los diversos campos se ha manifestado en nuevas formas de comunicarnos y relacionarnos en nuestra vida en sociedad. Este impacto se ha generalizado en todos los ámbitos y en él se perfilan nuevos escenarios de futuro en nuestra relación con la formación y el trabajo, incluido el emprendimiento y especialmente el digital.

La situación reciente en relación a la pandemia COVID-19 y los impactos que puede tener sobre el emprendimiento digital y el mercado laboral en general, solo han dado mayor centralidad a la importancia de las competencias digitales y su relación como factor competitivo en un contexto de incertidumbre económica.

Uno de los desafíos desde una perspectiva sociológica es explorar si estos cambios tendrán un efecto desigual entre los diferentes miembros de la sociedad o si, efectivamente, el nivel de competencias digitales puede convertirse en un factor determinante para acceder al mercado.